Autores: Milanesi, C. A., Blanchet, M., Opera, A. J. Departamento de Promoción y Asistencia Técnica, Cementos Avellaneda S.A.
Al momento de concretar la colocación de un piso o un revestimiento son diversos los objetivos a cumplir: que sea funcional al uso específico (que sea antideslizante, atérmico, etc.), que resulte agradable desde el punto de vista estético, que sea durable (por ejemplo, que sea resistente al desgaste o a los ataques químicos, en el caso de algunas industrias) y, por cierto, que no se desprendan con el tiempo.
Para lograr que el área de contacto (A) entre el revestimiento y el pegamento sea satisfactoria es importante que la cantidad de pegamento aportada sobre el sustrato sea suficiente para lograr que, merced a la presión que se ejerce sobre el cerámico durante su colocación, el aplastamiento de los cordones de pegamento logre formar una capa continua de adhesivo entre el cerámico y el sustrato, que maximice el contacto entre ambos.
Cuanto menor es la planitud de la superficie a revestir y mayor es la dimensión del cerámico, menor es la superficie de contacto, lo que aumenta el riesgo de desprendimiento. De allí que, la tabla 1 indique que, cuando la pieza a colocar es de gran formato (> 50 cm), se recurra al denominado “doble untado”.